Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) lleva registrados 57 femicidios en Santiago del Estero desde que inició su observación del flagelo en 2015, lo que ubica a la provincia en los primeros puestos del país. La provincia acumula en 2021 unos 10 casos, mientras que, a nivel nacional, suman 142 los casos en lo que va de este año. Esto sitúa a Santiago del Estero en el segundo lugar (con 2 cada 100 mil habitantes, detrás de Tucumán con 3) entre las tasas de femicidios más altas, que duplica la media país de 0,54. Le siguen Formosa (1,3), Neuquén (1,2), La Rioja (1) y Chaco (1).

De esos 57 femicidios dados a conocer por medios gráficos y digitales, 45 fueron directos contra las víctimas mujeres, 6 vinculados de hombres y niños, 5 de mujeres y niñas y un travesticidio. Cabe recordar que el agravante de violencia de género del Código Penal contempla los asesinatos de familiares ascendentes o descendentes como parte de la violencia contra la mujer.

 

¿Cómo se distribuyen los femicidios geográficamente en ese período? Los departamentos Capital, con 17 casos, y La Banda, con 16, son los distritos con mayor incidencia, mientras que le siguen Río Hondo (6), Moreno (4), Pellegrini (3), Alberdi (2), Figueroa, Silípica, Salavina, San Martín, Aguirre, Belgrano, Choya y Quebrachos, con uno respectivamente.

En cuanto al vínculo entre femicida y víctima: se impone la relación de pareja (30%) y expareja (26%), familiar (28%), conocido (11%) y desconocido (5%). Llama la atención que entre parejas y exparejas suman un 56%.

 

En cuanto a las edades de las víctimas, predomina la edad más fértil de las mujeres entre 19 y 40 años (42%), entre 41 y 60 años (26%), 16 a 18 años (11%), más de 60 (11%), 13 a 15 (5%) y de 0 a 12 años (5%).

 

En las formas que fueron asesinadas la mayoría pereció por heridas de arma blanca (34%), golpes (26%), arma de fuego (21%), asfixia (12%), quemaduras (5%) y otras formas de violencia (2%).

 

Como lo indican las campañas del “Ni una menos”, las propias viviendas de las víctimas se convirtieron en una trampa mortal: un 74% de los femicidios sucedieron en sus casas; un 7% en las de los agresores; 11% en la vía pública; 7% en descampados y en 1% no se obtuvieron datos precisos.

 

La progresión de femicidios tuvo su pico en 2017, de acuerdo al estudio de Mumalá, con el pico más alto de casos en el período observado: 7 en 2015; 10 en 2016; 19 en 2017; 6 en 2018; 9 en 2019 y 6 en 2020.

También se destaca que unos 100 niños y adultos quedaron sin madre a causa de estos crímenes. Y el relevamiento arroja que el 19% de las víctimas las habían realizado denuncias previas.

 

Mumalá sostuvo que “a pesar de haber instalado en la agenda pública la problemática de la violencia machista y sensibilizado a la sociedad durante las masivas movilizaciones del #NiUnaMenos, la ausencia del Estado hace que la violencia contra las mujeres siga siendo vista por gran parte de la población como un problema de índole privado, lo que no contribuye bajar los índices de violencia y femicidios puertas adentro de los hogares”.

Por eso volvió a exigir la declaración de la Emergencia Ni Una Menos; un aumento presupuestario para el abordaje de las violencias a la Secretaría de DDHH y la descentralización geográfica de las instituciones que abordan las violencias machistas.