La palabra delirio proviene del latín de-lirare, que significa salirse del surco al labrar la tierra, según explicó la psicóloga forense Andrea Spinello. Psicológicamente, se define como una creencia o conjunto de creencias que se viven con gran convicción a pesar de que las evidencias demuestren lo contrario.
Es importante señalar que un delirio no es una patología en sí misma, sino que ésta se manifiesta como la consecuencia de un estado de alteración o falla en la subjetividad de la persona. Puede tomar diferentes formas (erotómano, persecutorio, de grandeza, somático, entre otros) tomando en cuenta las características del mismo, generalmente provocado por una enfermedad o un trastorno base que es la psicosis.
Técnicamente, la psicosis es una estructura patológica que se caracteriza porque la persona que la padece presenta una ruptura con la realidad o la forma en que percibe o interpreta la misma. Bajo ese estado puede manifestar desorientación, cambios de estado de ánimo y de personalidad, alteración de la conciencia, reducción de la concentración, desorganización de los pensamientos y hasta alucinaciones. Así lo precisó Spinello al Área de Prensa del Poder Judicial.
Tomando en cuenta estos conceptos, es importante aclarar que un delirio, es un episodio que no se manifiesta espontáneamente en un individuo, sino que son propias de una persona que padece psicosis y son episodios que pueden manifestarse de diferentes formas.
En el caso puntual de los delirios místicos, la persona suele tener una estructura religiosa estricta y lo que ocurre durante el episodio de delirio es que aquella cree que recibe mensajes directos de Dios o los santos y que sus acciones responden a una misión otorgada por divinidades con fines de salvación.
Se podría comparar la estructura psíquica con una red de pescador, que en la normalidad una persona la compone en los primeros años de su vida (hasta los 5 o 6 años). Sin embargo, en el caso de los psicóticos se producen fallas, dado que existen cosas que a nivel subjetivo no se lograron estructurar y en la red de la comparación, estos fallos son representados como agujeros por los que se filtran los episodios de delirio.
TRATAMIENTO JUDICIAL DE LOS CASOS
La labor en el Gabinete de Psicología Forense es netamente pericial y con la finalidad de informar al juez solicitante de un informe, qué patología sufre la persona evaluada; la gravedad de la misma y puntualmente, las medidas que los profesionales recomiendan para el tratamiento de la misma.
En los casos puntuales, es importante determinar que no existe una técnica específica o método de abordaje. A través de múltiples entrevistas, se pueda comprender el problema que esta persona padece y la gravedad que esta genera para sí y para terceros.
Normalmente, para este tipo de personas la existencia de tratamiento psicológico y psiquiátrico es de gran importancia. Teniendo en cuenta la potencial peligrosidad, se suele recomendar internación y consecuentemente una declaración de incapacidad, ya que, dada su estructura psicológica afectada, se entiende que la misma requiere de un tercero que pueda tomar las decisiones por él de forma momentánea, hasta que la persona afectada pueda hacerlo por sí misma.