Anoche, dejó de existir Gladys del Valle Rojo Castro, más conocida «Gogó», la legendaria vedette, hermana de Ethel Rojo, quien estaba en su departamento de Recoleta cuando sufrió un paro cardiorrespiratorio.

«Gogó» fue una de las reinas de la revista porteña. Junto a su hermana, Ethel Rojo, marcaron una época donde, allá por los 70, el género revisteril atraía multitudes. El Maipo y el Astros vio brillar a esa muchachita santiagueña que quería llegar a lo más alto del espectáculo, y vaya si lo consiguió. Su papá era un sastre muy conocido en la provincia durante mediados del siglo XX, ya que vestía gobernadores y políticos y, su mamá, era modista.

A Gladys la comenzaron a llamar Gogó porque cuando era bebé se cayó al suelo y se golpeó fuerte. Estuvo en observación hasta los cuatro años y no hablaba nada. Todo lo que vía decía que era “gogó, gogó” y así le quedó el sobrenombre. “Mi hermana siempre era la linda, la reina de todo; a mi papá mucho no le gustaba que fuera artista, a mi mamá sí”, recordaba de su infancia.

Según publicó hoy Infobae al recordar a esta artista santiagueña, todo comenzó cuando un empresario llamado De María estaba buscando parejas para bailar rock. Gogó, con un grupo de chicos entre los que estaba Pepe Parada integraba un conjunto de baile en el club Gimnasia y Esgrima. Los contrataron para bailar en la revista donde trabajaban Vicente Rubino, Nélida Roca y Alba Solís. La obra se presentaba en en el Maipo y la menor de las Rojo era la más chica.

A los quince, con su hermana Ethel, viajó a España. Trabajó como bailarina, hizo vodevil y actuó en algunas películas dramáticas. En Barcelona con Ethel hicieron Dos piernas veinte millones, una comedia italiana que resultó un éxito. Alberto González, que era el hermano de Zully Moreno y además empresario teatral, las convenció de volver a Buenos Aires. Habían pasado catorce años desde su partida.

Era 1972 cuando con su hermana batieron récords de recaudaciones cuando se presentaron en el Maipo junto a Jorge Porcel, Alberto Olmedo y Juan Carlos Calabró. La obra se llamaba Pintadas de dorado. En el cuadro final aparecían íntegramente desnudas y pintadas de dorado. Los espectadores no sabían si estaban delante de dos mujeres o de una aparición de tan bellas e imponentes que se las veía. Hacían dos funciones todos los días y sábados, domingos y feriados, tres. Su belleza era tan hipnótica que las hermanas también se presentaron en Las Vvegas y en el Lido de París.

Se vanagloriaba de no haber tenido problema con ningún capocómico salvo con Jorge Porcel. “Era toquetón y jodón. Lo insulté muchas veces por eso”, explicó en una entrevista que rescató el sitio mencionado.

Gogó luchó contra el linfoma de Hodgkin, que logró vencer en el 2008, fue contratada en 2009 para ser parte de la obra teatral Escoria, junto con Cristina Tejedor, Julieta Magaña, Liliana Benard, Héctor Fernández Rubio, Paola Papini, Noemí Alan, Willy Ruano, Marikena Riera y Osvaldo Guidi. Luego de varios años alejada del escenario, volvió en este proyecto como vedette desplegando no solo sus dotes físicas y su talento artístico, sino también concientizando al público sobre su enfermedad.

Este lunes, en tanto, se despidió Gogó Rojo y con ella se van las últimas luces de un tiempo donde la avenida Corrientes se detenía y no por problemas de tránsito.