Un día como hoy, pero de 2007, fallecía en Rosario el dibujante y escritor Roberto Fontanarrosa, una de las grandes personalidades de la cultura argentina.

Habitué del legendario bar El Cairo de Rosario e hincha confeso y pasionario de Rosario Central, «El Negro» fue uno de los más divertidos y lúcidos descubridores de los arquetipos urbanos de la ciudad en la que nació en 1944.

«El negro» como se lo apodó a Fontanarrosa, comenzó su carrera como dibujante ante de sus 20 años pero en 1968, con su llegada a la Revista Bloom comenzó su camino de gloria cuando publicó su primer tira gráfica.

A tan solo dos años de su primera publicación y su paso por medios como «Zoom» y «Deporte 70», Roberto le dio vida al histórico «Boogie, el aceitoso», un personaje parodia del agente secreto James Bond, donde se muestran las aventuras de un prófugo de la justicia y veterano de la Guerra de Vietnam que se transforma en un asesino a sueldo. algunos de los capítulos salieron en la revista «Tinta»

Al cumplirse un nuevo aniversario de su muerte, las frases del talentoso ilustrador forman parte del imaginario colectivo argentino.

A lo largo de su vida, Fontanarrosa supo construir su obra siguiendo en simultáneo dos caminos en apariencia distintos: el del dibujo y el de la escritura.

Te compartimos las frases más recordadas del «negro» Fontanarrosa:

“Solo dos veces mi mujer me despertó antes de las diez de la mañana: una fue cuando me dijo: ‘invadieron las Malvinas’. Y la otra: ‘Diego firmó para Newell’s’. Dos catástrofes”.
“El loro plagia la palabra, pero quien está preso es el canario”.
“Para el Sabio no existe la riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni el Sabio ni el Virtuoso”.
“Muy distinto es no decir lo que se piensa que no pensar lo que se dice”.
“El optimista ve la copa medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble”.
“La perfección es obsesiva. Y eso es un defecto”.
“Sentarme a dibujar todos los días es algo que me gusta. Siempre me ha gustado dibujar, me ha gustado contar. O sea, el mío es un trabajo vocacional y el gusto lo sigo manteniendo”.
“El humor no debe ser risa. Sí, sonrisa. Y, de ser posible, llanto amargo”.
“Eso de hasta que la muerte los separe es una incitación al asesinato”.
“Vago no soy, quizá algo tímido para el esfuerzo”.
“Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha”.
“La mala palabra no nació así. La sociedad la hizo mala”.
“Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero ¡prefiero esa ignorancia!”.
“Lo que he observado es que Dickens escribía con letra muy pequeña, sin duda como reflejo de la estrechez que pasaban sus personajes”.