Por Eduardo Espeche

El 29 de octubre de 1993 desaparecieron los hermanitos Silvina Magalí (7) y Mario Antonio Ovejero (8) y, pese a una investigación judicial y policial, nunca se pudo encontrar rastros fehacientes. Literalmente se esfumaron hace casi 29 años. Ese año fue particularmente convulsionado en la provincia y desembocaría en el «Santiagueñazo» del 16 y 17 de diciembre, por lo que el caso quedó relegado de la agenda pública con el paso del tiempo.

 

Los niños salieron de su casa del barrio John Kennedy esa siesta de intenso calor y se encaminaron tomados de la mano hacia la zona del canal San Martín, cerca del cruce con calle Libertad, para jugar con sus amigos. Así los vieron por última vez.

 

Su familia denunció la desaparición porque con el correr de las horas no regresaron y nadie los había visto. Las autoridades ordenaron el cierre de las compuertas del canal hasta la ciudad de Loreto, al sospechar que podrían haberse ahogado en sus aguas. Pero no se encontró nada.

 

El entonces juez de Crimen Aníbal Aguirre comenzó a profundizar en otras hipótesis, entre las que cobraba fuerza el rapto de los niños. Las sospechas apuntaron hacia una tribu de gitanos, de apellido Cristo, que fueron interrogados porque algún testigo dijo haber visto niños en uno de sus vehículos. Pero no se pudo hallar ningún rastro ni indicio de Silvana y Mario. Esa comunidad se retiró de la provincia poco después del revuelo de la desaparición de los niños y no pudo ser hallada, pese a algunos procedimientos en otras provincias.

 

También se investigó a la propia madre de los menores, Dalmira Vázquez, a quien algunas versiones malintencionadas señalaban como responsable de haber entregado a sus hijos a los gitanos. Nunca cesó de rogar por la aparición de los niños. El 21 de octubre de 2013, la mujer murió en un trágico accidente cuando regresaba de una fiesta en Luján y el vehículo en el que viajaba con Manuel Pinto se estrelló contra un tractor, sobre la ruta 34.  Faltaban pocos días para que se cumplieran 20 años de la desaparición de sus hijos. Tiempo antes le había dicho al diario El Liberal: “Sé que mis hijos están vivos. También que nunca más los veré. Ojalá Dios me los cuide y hoy estén bien y tengan su familia”.

 

Margarita Ovejero, hermana de Silvina y Mario, recordó recientemente el episodio en una red social: “Salieron a jugar una siesta invitados por un amigo al canal san Martín y hubo muchos dichos: que gitanos o un camionero se los habían llevado, o tráfico de personas etcétera. Sólo quiero saber de ellos, ¡qué están bien! Desde ese entonces ruego todas las noches a Dios que estén con vida. Siempre los espero y los esperaré”.

OTRO NIÑO SANTIAGUEÑO QUE SIGUE DESAPARECIDO

Missing Children Argentina mantiene vigente la campaña por Orlando Andrés Santillán, un niño de Termas de Río Hondo de 12 años, que desapareció en el río el 17 de enero de 2007, y fue considerado muerto en 2008, aunque nunca se encontró su cuerpo. Algunos parientes afirman haberlo visto en la televisión, por lo que la justicia de Las Termas reabrió la causa hace casi diez años, pero sin resultados hasta ahora.