El fiscal Martín Silva recibió en las últimas horas evidencia que compromete a María Inés Castro (46) y sus dos hijos de 24 y 18 años en la muerte del mecánico Walter Daniel Kring (49), cuyo cuerpo fue encontrado con un disparo en la sien el miércoles a la noche. A medida que avanza la investigación se diluye la hipótesis de un suicidio y se acrecienta la de un homicidio, según indicó el magistrado.

 

El cadáver de Kring se encontraba boca abajo, frente a su propia casa, y fue divisado por vecinos el miércoles, cerca de las 22.30. Tenía un disparo en la sien derecha, efectuado a muy escasa distancia y sin orificio de salida. Debajo de su brazo derecho se encontró una pistola Bersa Thunder calibre 22, con bala en la recámara y dos proyectiles más en el cargador. La policía llegó al lugar y llamó una ambulancia, pero los paramédicos constataron que ya se encontraba sin vida.

 

Una testigo aportó que ese día lo había visto discutir en dos oportunidades con su pareja, María Castro, quien aparentemente había abandonado la casa de la manzana 29 y retirado sus pertenencias. En un informe de Relaciones Policiales se señaló que testimonios consignaron que Kring «habría mantenido discusiones desde las primeras horas de la tarde con su pareja (…), incluso, hasta antes de que se produjera el desenlace fatal, que fue cuando dos hijos de la mujer, habrían llegado a bordo de un automóvil y tras producida la tragedia, se marcharon del lugar«.

 

La mujer fue ubicada en su vivienda, a unas pocas cuadras de la escena, donde confirmó que se había marchado de la casa de Kring en malos términos: “dijo que habían tenido diferencias porque había encontrado algunas cosas en el teléfono (de él); habían peleado, y con motivo de esto, él, a los fines de no terminar la relación, le habría dicho que se quitaría la vida”. La mujer dijo que estaba en su domicilio cuando alguien llegó a avisarle que Kring estaba muerto en la calle. Pero su versión, que fue diferente a la que dio en un primer momento a la policía, no convenció al fiscal Silva.

“Trabajamos toda la noche y no nos cerraban algunas cosas. Veíamos nerviosismo en ella y sus hijos. La versión que le dio al primer funcionario policial de la comisaría 51 no coincidía del todo con la que me había dado a mí, en lo que respecta sobre todo a un vehículo que no estaba y algunos otros elementos”.

María Inés Castro, detenida junto a sus hijos por sospechas de un crimen.

El fiscal advirtió que faltaba la vaina servida, pese a que el sistema de las pistolas la expulsa luego de la deflagración, pero no pudo ser hallada ni siquiera con una prolongada búsqueda de varias horas. Esto podría ser un indicador de que fue presuntamente asesinado en otro lugar, lo que coincide con que el vecindario no escuchó una detonación. Pero no se debe descartar que allí recibiera el disparo por tratarse de una noche particularmente fría y ya que con la restricción de circulación no había movimiento en la calle. Tampoco se encontró su celular ni su automóvil.

 

Las averiguaciones se enfocaron entonces en los hijos de Castro (con Kring no tenían hijos en común), que viven en la casa de una abuela en el barrio El Vinalar. Allí fue encontrado el Renaul Logan gris de Kring y en su interior había evidencia muy sugestiva: “en presencia de testigos logramos ver que dentro del auto había manchas de sangre (…) Y en el caso del teléfono sí podemos asegurar que ellos (los hijos de Castro) lo tuvieron después del fallecimiento de Kring, y hay testimonios que señalan que el aparato estaba en la casa de su abuela. A partir de ahí cambia nuestra hipótesis”, indicó Silva. Por eso ordenó la detención de los tres sospechosos, que fue concedida por el juez de Garantías.

Fiscal penal Martín Silva, a cargo de la investigación.

El fiscal dispuso el secuestro de otros elementos como ropas de los sospechosos y pidió que se relevaran las cámaras de seguridad en torno al lugar, para procurar obtener imágenes de los movimientos de los protagonistas en el horario investigado. También que se le realizara la pericia de rodizonato de sodio a los tres detenidos y a la víctima para buscar vestigios de deflagración de arma en sus manos. Esta prueba será crucial porque aportaría un posible indicador de quién disparó.

 

Las contradicciones en las primeras versiones de los detenidos y la sugerente evidencia llevaron a dirigir las sospechas de su involucramiento en un homicidio. En los próximos días serán indagados y podrán dar su versión de lo que sucedió con Kring, aunque lo más probable es que opten por mantenerse en silencio hasta conocer la prueba en su contra.