El Conicet se interesó en el trabajo de técnicos de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) para reimplantar llamas y guanacos extinguidos en la provincia, que también podrían aportar las propiedades para su uso médico en humanos contra agentes patógenos como el coronavirus. Así lo reveló la médica veterinaria María Fernández Salóm, responsable del proyecto en Guanaco Sombriana, localidad a 116 kilómetros de la capital, en el departamento Atamisqui.

 

Allí la UNSE lleva adelante un trabajo de reinserción de estos camélidos de los que hay evidencia de su presencia en el pasado, aunque luego se extinguieron. Además de la evidencia arqueológica en asentamientos, en la toponimia santiagueña hay nombres que hacen referencia a su presencia, como Guanaco Sombriana o Pampa de los Guanacos.

 

“La iniciativa de reintroducir los camélidos –explicó Fernández Salóm- fue como la punta del iceberg para desarrollar otras actividades de investigación. Hace un mes recibimos la visita de autoridades regionales del NOA Sur de Conicet que quedaron muy impactados con el proyecto y se pretende desarrollar nuevas líneas de investigación con esta vinculación tecnológica en la región.

Hay un interés en los camélidos sudamericanos a nivel mundial ya que poseen en su sangre nanoanticuerpos que son capaces de neutralizar patógenos que los anticuerpos comunes no lo hacen. Por ejemplo, uno de esos patógenos emergentes muy en auge en este momento es el coronavirus. Hay equipos a nivel mundial investigando estos anticuerpos y queremos desarrollarlos a nivel regional y en Santiago del Estero”.

Primitiva Zurita, emprendedora que impulsó el proyecto de Guanaco Sombriana.

Ese proyecto se desarrollaría en forma paralela al trabajo que ya vienen realizando técnicos de la UNSE para el desarrollo económico de esa región, según explicó Fernández Salóm a la radio de la universidad: “Se asociaron todos los pobladores en una cooperativa de trabajo que se llama Guanaco Sombriana, que está presidida por la emprendedora Primitiva Zurita, que empezó con la iniciativa de reintroducir los camélidos sudamericanos. Porque antiguamente en esa zona de salinas, de secano casi desértico, antiguamente existían estos animales, está comprobado».

«Bajo esta iniciativa comenzamos a investigar cómo podía reintroducirse la especie pero doméstica, ya que son animales salvajes, que son nativos y viven en estado asilvestrado. Y en este caso se reintrodujeron 25 llamas domésticas de la raza Tampul porque los habitantes de la región se dedican a la producción textil, de tejido artesanal. Y se pretende que con la esquila de estos animales que tienen vellón de alta calidad y finura se mejorarían los tejidos con un valor agregado, para que la comunidad pueda mejorar su economía regional”, señaló la investigadora.